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Dejar llorar a tu bebé y el desarrollo de la empatía

22 Sep · Malanie Fajre · No hay comentarios

¡No dejes nunca llorar a tu bebé! 
¡Perderá su capacidad de ser compasivo!
 
Así me dijo un familiar cuando Julieta apenas tenía un par de meses. 
Esta persona mencionó que Goleman lo explicaba bastante bien en su libro Inteligencia Emocional. Esta frase se me quedó grabada y acudí a la fuente de dicho decreto para investigar con más detalles su fundamento y así, conocer mejor cómo funciona el proceso de aprendizaje de las capacidades emocionales en mi pequeñita. De mi relectura del libro, ahora desde otro punto de vista u “otra mirada”, la de madre, extraigo algunos fragmentos para compartirlos contigo:
El libro “Inteligencia Emocional” de Daniel Goleman , fue editado por primera vez en enero de 1995 y se ha reeditado en 25 ocasiones. Además, estuvo en la lista de los Best Sellers de The New York Time por un año y medio; lleva más de 5 millones de copias vendidas en todo el mundo y traducido en más de 30 idiomas.

El capítulo “El Desarrollo de la Empatía”, Goleman analiza los orígenes del aprendizaje del sentido de la empatía y asegura que se van formando a muy tempranas edades del ser humano. “Prácticamente desde el mismo momento del nacimiento, los bebés se muestran afectados cuando oyen el llanto de otro niño…”.

Esa empatía,  asegura Goleman, comienza a formarse en los bebés desde que nacen; y nos pone ejemplos que dejan en evidencia los efectos de nuestras respuestas como padres ante las necesidades de nuestros de ellos.
Así, en un apartado dedicado a “La Asimilación de los Fundamentos de la Inteligencia Emocional”, el autor presenta 2 casos:
  1. Un bebé llora en su cuna, la madre que estaba dormida se levanta lo atiende, cariñosamente le da pecho, lo acaricia, lo abraza y le transmite todo su amor y comprensión, hasta que el bebé se queda dormido.
  1. Un bebé llora en su cuna, la madre irritada se levanta de su cama molesta porque le ha costado mucho dormirse después de una pelea con su marido y desde que se encuentra con el bebé le reclama su llanto, le da pecho sin siquiera mirarlo a los ojos y darle atención ya que está abstracta en sus conflictos maritales y le transmite esa tensión al bebé quien deja de mamar. La madre además se molesta y le reclama que si eso es todo lo que va a tomar y lo acuesta en su cuna quien queda llorando hasta que exhausto se duerme.
Estas historias las usa Goleman para explicar las percepciones que va asimilando el bebé. Nos dice: “en el primer caso, el bebé aprende que las personas perciben sus necesidades, las tienen en cuenta e incluso pueden ayudarle a satisfacerlas, en el segundo, por le contrario, el bebé aprende que nadie cuida realmente de él, que no puede contar con los demás y que todos sus esfuerzos terminarán fracasando. Es así como los padres imparten, de manera conciente o inconciente, unas lecciones emocionales importantísimas, que activan su sensación de seguridad su sensación de eficacia y su grado de dependencia”.
Dice Goleman que la repetición de este tipo de respuestas hacia las necesidades que nuestros bebés ponen de manifiesto, van determinando las capacidades emocionales (como la empatía y la compasión) de los niños y futuros adultos.
Más información:
En este enlace  podrás ver la mayor parte del libro escaneado por Google Books
 

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Malanie Fajre

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