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“Más” no siempre se traduce en “mejor”

12 Dic · Malanie Fajre · No hay comentarios

 

 

 

Foto cortesía de: Weheartit.com

De 7:30am- 1:30pm: colegio. De 3-5pm: clases de música. De 5:30-6:30pm: clases de inglés. De 7-7:30pm: cena. De 7:45-9pm: tareas escolares… ¿No se cansan nada más de leer tan apretada agenda? Pues, aunque parezca difícil de creer, agendas como ésta son las que rigen la semana de muchos pollitos  que, a muy corta edad, deben renunciar a su libertad de tiempo para ocuparse de múltiples tareas que terminan por reducir al mínimo su espacio de descanso y esparcimiento.


Sobre ello, la psicóloga del Centro de Estudios de Niños en Nueva York, EEUU, Marianne Engle, opina que habría que revisar si se está sobre exigiendo a los chicos. “Hay una presión tremenda sobre los niños y adolescentes para que sean exitosos en todos los aspectos, sea para que sus padres se sientan orgullosos o por lo que se considera una vida mejor”, sentencia.
Por su parte, la especialista en psicología infantil, Andrea Tovar, tiene otra teoría para explicar esta situación: las actividades extracurriculares son usadas como una suerte de niñeras. “Como los padres trabajan todo el día, muchos deciden meter a sus hijos en deportes y en cuanta actividad se presente para mantenerlos ocupados y distraídos hasta que ellos se liberen de sus obligaciones”.

Foto cortesía de: Littlebigfan.com

Sin duda, los padres que inscriben a sus chiquitos en múltiples actividades lo hacen con la mejor intención, pero… ¿en qué momento tendrán tiempo para ser niños?

Si han inscrito a sus pequeños en varias actividades para llenar sus ratos libres, estén atentas a la posible aparición de los siguientes síntomas pues pudieran indicar que ha llegado el momento de restarle compromisos a su agenda: 
*Bajo rendimiento escolar
*Depresión (expresada como tristeza, cansancio o falta de deseo de despertarse en la mañana)
*Tendencia a querer dormir antes que recrearse

La sobre exigencia puede producir serios daños a nivel psicológico en los niños, que luego arrastrarían hasta su adultez. “Alguien que haya sido sobre exigido en su infancia puede crecer sobre exigiéndose a sí mismo. De no cumplir con todas las metas, la persona puede desarrollar depresión y/o ansiedad, e incluso puede rayar en lo patológico y alcanzar niveles obsesivo- compulsivos”, informa la psicóloga Andrea Tovar. 

Foto cortesía de: Futurity.org
Para evitar que esto pase, procuren:
–       Inscribir al niño en un máximo de 2 actividades extra de su agrado, ¡no más!
–    Que estas actividades no demanden la atención y tiempo del niño más de 2 veces por semana, de forma que puedan disfrutar días libres en la semana
–      Dedicar un máximo de 2 horas y media por día a la actividad extracurricular en cuestión, de forma de dejar hora y media para la elaboración de tareas y el resto del día para el disfrute y el descanso.  
 
Una cosa es incentivar el interés de nuestros pollitos en algunas actividades, y otra muy distinta es imponerles su práctica. El juego, la recreación y el deporte son tan importantes en su vida que incluso aparecen como un derecho  consagrado en el artículo 31 de la Convención sobre los Derechos del Niño, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas y ratificada por Venezuela en 1990.  
 
Así pues, no los abrumemos con expectativas que no comulgan con su edad. En su lugar, ayudémoslos a cosechar momentos gratos que formarán los cimientos de una personalidad sana y armoniosa.
 
Fuente: Revista Vecino Saludable

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Malanie Fajre

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