12 Feb · Malanie Fajre · No hay comentarios
Nos encanta que nuestros pollitos se alimenten completo y sano, es por eso, que les ofrecemos una adorable receta para que la hora de la comida sea más divertida.
Esta receta es especial, ya que viene acompañada de ricos ingredientes, olores, sabores llamativos, colores, y de una historia muy linda llamada “El Tambor Tricolor”.
Fuente: elrecetariomagico.com |
¡Esta bella historia le da vida a la receta que vamos a preparar hoy!
Ingredientes
* 1 taza de quínoa seca (arroz, trigo o mijo)
* (rojo o morado) 1 remolacha cruda o 1-2 tomates
* (amarillo) 1 huevo duro o ½ bol de garbanzos cocidos
* (verde) 1 bol de lechuga y 1 aguacate
Vinagreta:
* 1 chorrito de vinagre
* ½ vaso de aceite de oliva
* 1 pellizco de sal
Para las baquetas:
* 8 palitos de pan
* 8 aceitunas
La Preparación:
* Cocer la quínoa y los garbanzos. (No olvidar lavar la quínoa frotándola con ambas manos bajo un chorro de agua.)
* Separar 3 porciones de quínoa en boles diferentes y añadir:
* Bol 1: Tomate rallado o remolacha + vinagreta. (Reservar una rodaja de tomate o remolacha para poner en la parte superior.)
* Bol 2: Aguacate chafado, lechuga picada + vinagreta.
* Bol 3: Huevo duro o garbanzos triturados + vinagreta.
* Montar el timbal con un molde para emplatar (colocar los alimentos en un plato), decorar con una rodaja de tomate o remolacha y montar las baquetas de palitos con aceitunas.
Cuento de “El Tambor Tricolor”
Aquel ritual era el momento más importante de su vida, marcaba el paso a la adolescencia en aquella cultura inca del antiguo Perú. El joven Iquitos, sordo de nacimiento, estaba nervioso, pues sabía que no podría escuchar el ¡tum, tum, tum! de los tambores, sin embargo, tenía que hacerlo bien y seguir el ritmo. Su abuela, una vieja sabia y curandera, se encomendó al maya errante para bendecir a su nieto y tuvo una brillante idea. Esa tarde le preparó un plato de quínoa con tres sabores, uno por cada golpeteo del tambor. Lo acompañó a comer y le enseñó a seguir el ritmo masticando ¡tum, tum, tum! Ahora el sonido lo tenía en su interior gracias al amor de su abuela. Iquitos siguió creciendo y de allí nació el tambor tricolor.
Relato de Oliver Arancibia
Ilustración: Marta García Pérez
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