21 Oct · Malanie Fajre · No hay comentarios
El término Crianza con Apego, es la traducción de “Attachment parenting“, dicho concepto fue desarrollado por la familia Sears. Crianza con Apego hace referencia a un estilo de crianza basado en la cercanía, el respeto y la atención continua, tomando como premisa que las necesidades de los bebés y sus deseos son una misma cosa durante los primeros meses de vida, incluso durante los primeros años.
Este estilo de crianza se basa en 8 principios, denominados “8 B”, los cuales son los siguientes:
La unión piel con piel con el bebé fomenta la creación de un vínculo temprano. Las horas y los días después del parto son un período de máxima sensibilidad tanto para la madre como para el bebé y necesitan contacto mutuo. Los bebés necesitan intensamente, de la presencia física de uno de los padres, que responda a sus señales con prontitud y sensibilidad. Las separaciones prolongadas o frecuentes pueden interferir con el desarrollo de un apego seguro con el padre o la madre y tener efectos en el desarrollo psicológico y emocional a largo plazo.
La lactancia materna es el mejor alimento para el recién nacido. Es el más completo desde el punto de vista nutricional, pero también proporciona consuelo y un contacto único entre madre e hijo/a.
Es un componente primordial para fortalecer el vínculo afectivo entre la madre y el bebé, y está íntimamente relacionada con la premisa anterior de crear lazos afectivos desde el nacimiento.
Al portear (llevar a los bebés en brazos o en portabebés) están al resguardo, en contacto directo con la persona que los lleva. Se sienten más protegidos y permanecen en un estado de vigila tranquila que les permite asimilar mejor lo que sucede en su entorno.
Dormir con el bebé en la misma cama o cerca de él es una fórmula utilizada por muchas familias con niños pequeños. Al dormir acompañado se evita la angustia de separación que experimentan algunos niños durante la noche, haciendo que duerman más y descansen mejor.
Ayuda a los niños a aprender que el sueño es un momento agradable y que no está solo.
En los casos en los que el bebé es amamantado, el colecho (derivado del término inglés co-sleeping) es además un método práctico pues tienen el pecho a su disposición en cualquier momento.
El llanto es la forma que tiene el bebé para comunicarse. Si no respondemos a su llamada (llanto) los bebés se sentirán no atendidos y pensarán que su forma de comunicación no es válida; la próxima vez llorarán más alto o antes ante cualquier molestia.
Un estilo de crianza rígida basada en relojes y calendarios no es una forma natural de cuidar a un bebé. Esto no quiere decir que no haya rutinas o normas, pero no hay que olvidar que las necesidades del bebé están por encima de los horarios y de los deseos de los adultos.
Los métodos de “adiestramiento” provocan desconfianza en los niños y un alejamiento entre los padres y el bebé, cuando la crianza de los hijos/as debería estar basada principalmente en la confianza.
Ni autoritarios ni permisivos. Los padres y madres deben encontrar el equilibrio en nuestro estilo de crianza, Los niños y niñas nos enseñan y vamos aprendiendo a encontrar el equilibrio entre una crianza positiva y “caprichosa”.
La participación en la crianza de los bebés debe ser igualmente tanto por los padres como por las madres. Ambos deben estar involucrados en el cuidado de los niños y niñas, en atender sus demandas, su educación, tanto durante el día como la noche.
Además, la compenetración entre papá y mamá es clave para crear un vínculo familiar saludable. La empatía y el respecto entre los miembros de la familia, tanto entre los padres como entre los padres y los hijos e hijas, genera un ambiente de reciprocidad en el que el niño o niña se siente seguro, a gusto, y aprende también a tratar a los demás con respecto.
Artículo obtenido de la web www.bborganico.com
Deja un comentario