27 May · Malanie Fajre · No hay comentarios
Cuando nuestros peques empiezan a acercarse a la edad de los 2 años (para algunas madres mucho antes) el interés por el tema de la retirada del pañal ocupa un puesto de honor, tanto por razones de consolidación de conductas madurativas, como por factores de orden social o económico; ahora bien, indistintamente de las razones que te motiven a pensar en el tema, lo más importante es la actitud que tomes ante este complejo proceso, pues de ello dependerá no solo el hecho de que tu hijo deje de usar pañales, sino que este logro sea alcanzado de la forma más armónica y respetuosa con el cuerpo, mente y corazón del niño.
En este sentido, como padres debemos estar atentos a aquellas conductas en nuestros peques que nos indican que ya nuestro hijo se encuentra no solo física, sino también emocionalmente listo para iniciar el proceso de dejar de usar los pañales, pues ciertamente, esto no depende exclusivamente del factor biológico relacionado con la capacidad neuromuscular de controlar los esfínteres, sino que también abarca aspectos más complejos como la construcción conceptual de vincular esta habilidad con la acción de evacuar los desechos orgánicos de nuestro cuerpo, la representación emocional de seguridad, costumbre o comodidad de usar el pañal (objeto que por cierto es incorporado al bebé casi inmediatamente después del momento de su nacimiento) entre otros.
Entonces, cómo podemos saber si nuestro hijo está preparado para enfrentar este nuevo reto?
Si observas en tu hijo, algunas de estas manifestaciones, puedes considerar que es un buen momento para “iniciar” el proceso de enseñar y acompañar respetuosamente a tu hijo a dejar de usar los pañales e ir al baño para realizar sus necesidades fisiológicas, recuerda bien que es el inicio de un camino de cambios, que toma su tiempo para que el peque lo comprenda y lo logre, y que como todo proceso tendremos días donde celebraremos grandes avances y otros donde viviremos desaciertos que más que verlos como errores, retrocesos y nos frustren, lo asumamos como momentos de crecimiento que nos permitan reflexionar sobre lo que juntos estamos aprendiendo.
Lo importante de todo ese proceso es que debemos estar atentos a todos las manifestaciones de nuestro hijo, comprender sus conductas y reacciones de esta manera podremos garantizarle un acompañamiento respetuoso y oportuno que redundará en un crecimiento saludable y feliz.
Lidmi Fuguet
@LittleStarsLC
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