Cuando mi hermana estaba pequeña chupó tanto dedo que hoy, a sus casi 30 años de edad, aun luce un dedo gordo chato y arrugado como consecuencia de su tierna afición por llevarse el dedo a la boca. Al igual que ella, muchos niños viven un idilio con su dedito gordo, mientras sus madres se preguntan cómo quitarles esta costumbre.
Aunque se vean adorables cuando lo hacen, chupar dedo puede provocarles inflamación de las encías o gingivitis, además de deformaciones en la mandíbula, dientes (maloclusión bucal por el desplazamiento de los incisivos hacia adelante) y paladar (el arco del paladar se deforma produciéndose un fenómeno conocido como “paladar ojival”).
Sin embargo, hay que trazarse una estrategia a la hora de atacar el problema, pues estamos frente a un hábito que incluso pudiera haber empezado de manera incipiente desde el mismo embarazo (más de una mamá ha podido pillar a su chiquito chupando dedo en el útero a través de un ecosonograma 3D, ¿o no?). Por lo general, los bebés chupan dedo hasta los 4 ó 5 años aproximadamente, así que paciencia.
Lo primero es que entiendas que chupar dedo no es para nada trivial; tiene su explicación. Cuando los bebés dejan de tomar pecho, suplantan ésta mama por la de un chupón o la de un tetero, lo que le permite relajarse, encontrar consuelo y sosiego, entretenerse, sentirse seguro o simplemente conciliar el sueño. Pero si luego también le quitamos estos artefactos, entonces puede que recurra a “soluciones al alcance de su mano” para sustituir esa sensación placentera por otro estímulo oral ofrecido, en este caso, por su dedito pulgar.
¡Atrapado con las manos en la masa!
Foto cortesía del Pinterest de: Sarah Williams
¡Manos a la obra!
Para empezar no le saques el dedo de la boca, ni lo atormentes con la retahíla de “”deja de chuparte el dedo, pareces un bebé”. Bajo ningún concepto hagas mofa de su hábito, ni lo ridiculices. ¡Nada más equivocado y contraproducente que eso! Ponte en su lugar y entiende que para él(ella) chupar dedo es algo placentero, que puede incluso ser fuente de seguridad y consuelo.
La psicóloga y maestra, Carmen Bayascas, recomienda en el portal Solohijos.com que reconozcas sus esfuerzos y logros por pequeños que sean. “Establece previamente con tu hijo qué recompensa obtendrá si consigue controlar su conducta al menos en diez ocasiones (…) Por ejemplo: durante dos semanas vas a controlar exclusivamente esta conducta mientras come. Pega o dibuja un sol los días que lo hace correctamente y no le recompenses con ningún dibujo los días que no lo ha conseguido. Al cabo de los días estipulados puedes canjear sus puntos por el premio establecido (hacerle su pastel preferido e invitar a un amigo a merendar, puedes hacerle magia y sacarle de la oreja una bolsa de canicas, caramelos, lápices de colores…)”, aconseja la psicóloga infantil. Es importante que lleves el registro de sus esfuerzos en una cartulina porque así podrá visualizar sus logros y lo mantendrás motivado.
Alíate con su maestra. No pierdas el trabajo hecho en casa durante las horas que tu pollito va al colegio. Para ello, habla con su profesora, ponla al tanto de tu estrategia y pídele apoyo. Aunque ella no le vaya a cocinar una torta a tu nené, bien puede felicitarlo frente a sus compañeritos cuando no se chupe el dedo en clase, por ejemplo. Como verás, éste es el clásico refuerzo positivo… ¡y vaya que sirve!
Prémialo pegando calcomanías (stickers) de sus personajes favoritos en su manito si logra mantener el dedo fuera de la boca por un periodo prolongado de tiempo.
Pospón esta “campaña anti dedo” si tu pollito atraviesa algún momento delicado o estresante como puede ser empezar en un colegio o tener un hermanito.
Si tu hijo ya está grandecito (digamos 4 años), intenta hacer que desista de este hábito mediante una explicación clara y sencilla. A mi mamá le funcionó decirle a mi hermana que se le volarían los dientes y después tendrían que visitar al dentista. ¡Santo remedio!
En todo caso, siempre ten presente que ésta es una carrera de largo aliento. Así como el mundo no se creó en 2 días, tu bebé también necesita tiempo para desapegarse de su “amado dedo”. Apóyalo, anímalo y acompáñalo en el camino a la meta con mucho amor.
… Si crees que este post te ofreció tips útiles compártelo con otras mamás, y siéntete libre de contarnos cuál fue tu experiencia al implementar estas tácticas. ¡Que tengas la mejor de las suertes!
Deja un comentario