¿Por qué importa el amor?

10 Jul · Malanie Fajre · No hay comentarios

Erika Mcleod
Noviembre 2012

Erika tuvo la oportunidad de entrevistar a Sue Gerhardt, una psicoanalista y psicoterapeuta británica y autora del libro “Why Love Matters: How Affection Shapes in Baby’s Brain” , compartió su percepción de cómo la crianza en los bebés puede impactar positivamente en un futuro en su estado social, emocional y psicológico de su vida.

¿ Cómo fue que se interesó en la importancia del amor y de su desarrollo en los bebés?

Todo el mundo está interesado en el amor! Pero yo nunca me di cuenta qué tan importante son nuestras primeras experiencias hasta que estudie el temprano desarrollo y me entrené en observar a los bebés. Estuve dos años visitando a dos bebés durante varias semanas sólo observándolos crecer. Se hizo muy obvio la forma como ellos eran tratados, lo cual tenía una repuesta y un gran impacto en la manera de desarrollarse. Una mamá parecía disfrutar respondiendo a su bebé la mayoría del tiempo y pasar bastante tiempo jugando y hablando con ella; la otra mamá hacía comentarios negativos acerca de su bebé, lo dejaba solo por mucho tiempo, y mientras lo alimentaba, hacia otra cosa como llamar por teléfono. Los resultados finales eran predecibles.

Para alguien que no tiene un pensamiento científico, ¿podría explicar cómo el desarrollo durante la infancia es muy importante para nuestro bienestar emocional en un futuro?

Durante la infancia en cuando toda clase de programas emocionales son establecidos-especialmente el sistema cerebral que maneja cómo lidiar con el estrés, cómo nos calmamos, cuánto apoyo esperamos de las personas más cercanas a nosotros. El cerebro está creciendo increíblemente rápido y está más expuesto a cualquier tipo de influencias más que nunca.

¿Por qué cree que es importante que el niño desarrolle la empatía?

La empatía es una de nuestras habilidades más altas y que sostiene juntas a familias y a sociedades. Sentirse conectado a otras personas es probablemente la satisfacción más profunda que conoceremos. Qué terrible sería para un niño que se adapte sin esa capacidad-y que riesgoso sería para el futuro del planeta. Yo hablo de estos grandes problemas en mi libro “The Selfish Society: How We Forgot to Love Each Other and Made Money Instead (Simon and Schuster 2010)”.

¿A qué punto usted cree que los niños que han sido criados a temprana edad son capaces de comportarse con un espíritu de empatía?

Yo creo que todos nacemos con habilidad de resonar con los sentimientos de otras personas, probablemente generado por nuestras neuronas espejo. Mucho de esto ocurre instintivamente. Nosotros nos conectamos con personas mediante nuestro lenguaje corporal. Casi siempre les dejamos saber que entendemos sus sentimientos relacionando sus emociones en nuestro propio comportamiento. Por ejemplo, si alguien entra caminando despacio en un cuarto mostrándose triste, puede que yo ajuste mi voz delicadamente, con un tono bajo en sintonía con sus tristes sentimientos.

El estado completo de empatía construye sobre estas acciones habilidosas, pero usa sus altos niveles del cerebro para buscar un nivel más complejo de entendimiento acerca de los sentimientos de otras personas. Yo dudo que esta clase de empatía pueda suceder hasta que dos cosas se desarrollen: primero, un niño necesita lograr algo de conciencia de sus propias emociones y al mismo tiempo ser capaz de manejarlas y no ser abrumado por ellas. Segundo, un niño necesita haber construido una biblioteca personal de recuerdos y experiencias emocionales- luego él o ella pueden imaginarse qué puede estar sintiendo otra persona. La verdadera empatía, creo yo, envuelve un acto de malabarismo-balanceando la apreciación de la complejidad de la experiencia de alguien más y sintiendo junto con ellos, sin perder tu propio sentir.

¿Qué tan importante es el ambiente de un niño en cuanto al fomento de su sensibilidad emocional y social?

Todo es importante. Nosotros aprendemos a cómo relacionarnos con otros a través de experiencias directas con otras personas, no de los libros o de las mismas conversaciones. La vida emocional es, en cierto modo, un asunto muy práctico de coordinación de nosotros mismos hacia otras personas y aprendiendo a “leer” sus emociones para así lleguemos a predecir su comportamiento. Cada bebé es una esponja que absorbe inconscientemente “cómo se hacen las cosas” en esta familia o grupo social. En mi trabajo como psicoterapeuta he visto muchas, muchas personas que han terminado tratándose como fueron tratados por esas personas importantes cuando eran bebés.

¿Qué tipo de cosas pueden hacer los padres para colaborar con el desarrollo social y emocional del sistema cerebral de sus recién nacidos?

Los padres pueden estimular las partes del cerebro que están activas en la vida social y emocional-esto ayuda a que esas áreas del cerebro se conecten y se desarrollen. Todos los momentos sociables agradables de dar y tomar a través de juegos, diversión y hablar- así también como la conexión emocional a través del tacto, el contacto con los ojos y las conversaciones acerca de las emociones, construirán el cerebro social.

Básicamente, los bebés (y sus cerebros) se modelan sobre nosotros y cómo hacemos las cosas de adultos y sobretodo como padres. Si tu quieres a un niño que se sienta cómodo con sus sentimientos, necesitas estar interesado en ellos y apoyarlos. Si quieres un hijo con buen control de sí mismo, necesitas demostrárselo a través de cómo eres tú. Mi Top de consejos para los nuevos padres sería: haz que el mundo de tu bebé pueda ser manejable para él o para ella-presta atención a los sentimientos de tu bebé y los pueda reconocer, y ofrécele a tu bebé bastante contacto corporal. Pero ante todo, si tienes una dificultad empezando en tu vida y la encuentras difícil de relacionarte con tu bebé, busca ayuda de expertos y apoyo. Esto puede hacer una gran diferencia.

¿Qué pueden esperar ganar las personas leyendo tu libro?

En mi libro Why Love Matters, me propuse hacer que la complejidad de la neurociencia fuera fácil de entender al usar un lenguaje simple. En el libro se usa una investigación de ciencia profunda para demostrar algo que no suena muy científico: por qué el amor y el cariño son el centro de nuestras vidas y de nuestro desarrollo exitoso. Demuestra cómo nuestras relaciones primerizas dan forma al sistema nervioso y reposan la fundación del futuro de la vida emocional.

Nos ayuda a entender los enlaces entre el estrés prematuro en la etapa de infancia y en las varias formas que esto puede manifestarse después en la vida, como el desarrollo de varias condiciones como la anorexia, la adicción, depresión, desordenes en la personalidad y comportamiento antisocial. Varios lectores han escrito para hacerme saber que este libro los ha ayudado a darle un sentido sano a tus dificultades, mientras que otros han acudido a mi para decirme lo mucho que los ha ayudado en materia de ser nuevos papás.