Cuando sabemos
que esperamos un nuevo bebé, algunas corremos a darle la buena nueva a nuestros
hijos. Sin embargo, no todos los chicos reciben con bombos y platillos aquello
de: “¡¿adivina qué?! ¡Vas a tener un hermanit@!”. Pero no se desanimen. Es
absolutamente normal que quienes hasta ese momento eran “hijos únicos” sientan
temor ante lo que se avecina. Al fin y al cabo nunca antes habían tenido que
compartir la atención y muestras de afecto de sus padres.
Foto cortesía de: Fanpage de Inn On Crescent Lake |
Así pues, no
se extrañen si al darles “la noticia” sus pequeños (en especial aquellos menores
de 5 años) comienzan a dar muestras de:
· * Irascibilidad (pataletas,
ataques de rebeldía, etc)
· * Inapetencia
· * Alteraciones del sueño
· * Apego extremo hacia los padres
· * Dificultades de socialización en la escuela
· * Menor control de esfínteres
No obstante,
todo está en el cómo lo comuniquemos y en cómo manejemos la situación después.
Lo más importante es transmitir la información con palabras sencillas, en un
tono positivo y con total naturalidad, para luego aclarar sus dudas, disipar
sus temores y mimarlos . A continuación algunos tips que les serán de mucha
utilidad:
¿Cuándo? No hay un momento específicamente indicado como ideal
para dar esta noticia a un hijo, pero algunos padres prefieren hacerlo luego de
superados los 3 primeros meses de embarazo (momento cuando, por lo general,
pasan los mayores riesgos de una pérdida y comienza ya a notarse la pancita de
mamá)
¿Qué decir? Al comienzo del embarazo cuéntenle que “papi y mami” tendrán
otro bebé; que su hermanito está creciendo dentro de sus barrigas tal como ellos
lo hicieron antes de nacer (pueden apoyarse en fotos y ecosonogramas de su
embarazo para ayudarlos a entender); cuéntenles además en qué época del año llegará
el bebé (navidad o vacaciones, por ejemplo), entre otros.
Ante las preguntas… Aplaquen su curiosidad y respondan sus
inquietudes sin abrumarlos con más información de la debida. Permítanle digerir
la noticia poco a poco. “Se trata sólo de calmar su ansiedad y lo que más le
tranquilizará es saber que sus mayores parecen tener respuesta para lo que a él
le preocupa”, opina al respecto el portal http://bebe.consumer.es.
Mantengan los celos a raya. Tal como sostiene el portal
Revistabuenasalud.com, mientras menos se vea alterada la dinámica padres- hijos,
menor será la aprehensión de estos últimos ante la llegada del nuevo bebé. “Lo
más importante para ellos será constatar que su mamá siga siendo la misma en
cuanto a mimos y protección, aún cuando esté visiblemente cambiada, más cansada
o cuando deba permanecer en reposo”, informa este website.
Foto cortesía de: www.pinkpistachio.com |
Resalten lo bueno. Antes de que sus pequeños siquiera comiencen a
pensar en lo que podrían perder a causa de este hermanit@ (como la exclusividad
de sus padres o del cuarto, por ejemplo), subrayen todas las cosas maravillosas
que ganarán como tener a su mayor cómplice y amigo viviendo bajo el mismo techo,
poder enseñarle todo lo que saben a su herman@, compañía segura para jugar y
hacer equipo, etc. Además, enfaticen lo positivo de convertirse en el hermano
mayor (bañarse solit@s, ir a pasar la noche en casa de sus abuelos, escoger el/ella
mism@ lo que se va a poner, etc).
Permitan que sus hijos sean parte activa en el
proceso. Calmen
su ansiedad involucrándolos en los preparativos para la llegada de sus
hermanit@s: desde la escogencia del nombre, hasta la preparación del cuarto,
entre otros.
Planifiquen por adelantado. Cuando el momento del
alumbramiento llegue, lo más probable es que deban permanecer en el hospital al
menos por un par de días, así que dejen todo lo relacionado al cuidado de sus
hij@s en manos de sus familiares más
cercanos (mamás o esposos, por ejemplo) o amigos de gran confianza.
Ahora que ya
conocen todas estas estrategias, anímense y dénle la noticia a sus pollitos. ¡Enhorabuena
por el nuevo bebé!
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