20 Abr · Malanie Fajre · No hay comentarios
La Obesidad en nuestros niños es una cuestión de cuidado. Siempre me ocupo de la nutrición de Julieta y una de las decisiones que he tomado en su dieta es evitarle y alargarle su primer contacto con los dulces y las chucherías.
La sociedad y nuestros entorno más cercano, así como los medios de comunicación, nos presionan como padres a darle de probar a nuestros
hijos comida no tan saludable. Por ejemplo, en el primer cumpleaños de Julieta, familiares ya amigos, me preguntaban si no le iba a dar de su propia torta y yo me negué a toda costa.
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Julieta a su cortita edad (1 año 6 meses) no conoce lo sabroso que podría ser un dulce, por lo que no sufre por no probarlo o comerlo. Esa es mi teoría, intentar que ese primer contacto ocurra lo más tarde posible.
El título de este post tiene que ver directamente con un artículo que estoy leyendo en RTVE (Radio y Televisón Española), dedicado a un estudio que demuestra que la alimentación de la madre en estado sí influye en un potencial niño obeso.
La alimentación en el embarazo influye en los hijos
La nutrición de las mujeres durante el embarazo puede tener una gran influencia en el riesgo de sus hijos de desarrollar problemas de obesidad varios años después, alterando su ADN, según un estudio internacional dirigido por la Universidad de Southampton, en el que han participado investigadores de Nueva Zelanda y Singapur.
RTVE |
Es la primera vez que se demuestra que la dieta de la madre, durante el embarazo, puede alterar el ADN del bebé a través de un proceso denominado cambio epigenético, que puede hacer que el niño desarrolle problemas de peso. Sobre todo, lo más importante es que este estudio muestra que sus efectos actúan con independencia de lo delgada o gorda que esté la madre y del peso del niño al nacer.
El líder de este trabajo, Keith Godfrey, profesor de Epidemiología y Desarrollo Humano de la Universidad de Southampton, ha explicado que “han demostrado, por primera vez, que la susceptibilidad a la obesidad no puede simplemente atribuirse a la combinación de los genes y el estilo de vida, pero puede activarse por influencias en el desarrollo fetal, incluido lo que la madre come“.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores midieron los cambios epigenéticos en cerca de 300 niños en el nacimiento y demostraron que estos predecían la obesidad que alcanzaría el niño a los seis o nueve años de edad. Lo que sorprendió a los investigadores fue el tamaño del efecto: los niños variaban en el nivel de obesidad, pero la medición de los cambios epigenéticos en el nacimiento permitió a los investigadores predecir un 25 por ciento de la variación. Los cambios epigenéticos, que alteran la función del ADN sin cambiar su secuencia heredada de la madre y el padre, pueden también influenciar cómo una persona responde a factores del estilo de vida, como la dieta o el ejercicio.
“Este estudio indica que las medidas para prevenir la obesidad infantil deberían dirigirse a mejorar la nutrición de la madre y el desarrollo de su bebé en el útero. Estas nuevas y poderosas medidas epigenéticas podrían resultar útiles en la monitorización de la salud de los niños”, afirma Godfrey.
Publicado el 19 de abril de 2011
Fuente: RTVE
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Etiquetas: crianza, embarazo, maternidad
Categoría: Crianza, Desarrollo, Embarazo, Maternidad, Nutrición, Pollito Inglés, Salud
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