20 Mar · Malanie Fajre · No hay comentarios
Hace poco tuve la oportunidad de escuchar una charla de la organización “Great Place to Work” en la se destacó la flexibilidad que deben tener las organizaciones que quieren ser innovadoras para habilitar espacios para el error. Ser creativos requiere de ensayo y equivocaciones y generar nuevas formas de hacer las cosas requiere de ambientes que generan confianza entre las personas y que animan a proponer sin miedo a equivocarse.
Este artículo que les presento hoy lo extraje de la web “KC Kids Doc: Contemporary Parenting” y se llama originalmente “Dale tu hijo la oportunidad de..fallar”. Se basa en un estudio presentado por el Washington Post en el que se demuestra que la obsesión por el éxito trae como consecuencia mayores dificultades en adoptar nuevas formas de responder o hacer las cosas.
A continuación la traducción del artículo:
“Dale a tu hijo la oportunidad de… fallar”
¿Qué pasaría si le dijeses a tu hijo que usted esperas que falles?
Voy a ser clara. No estoy sugiriendo que le digas tu hijo que él/ella será un fracaso. Por el contrario, ¿qué pasaría si le dices a tu hijo/hija que ciertas partes de la vida son muy difíciles, y no siempre van a tener éxito?
¿Cómo crees que responderían a esa expectativa?
Como se informó en el Washington Post, los investigadores franceses examinaron este asunto con resultados sorprendentes. El equipo de investigación presentó estudiantes de sexto grado, con difíciles problemas de tipo anagrama. A algunos niños les dijeron que los problemas eran difíciles, y que no deben esperar llegar siempre a la respuesta correcta. A otros les fueron dados los problemas sin la “charla”.
¿Qué encontraron? Los niños a los que se les dijo que el fracaso era una posibilidad, obtuvieron mejores resultados en la tarea.
Me pareció fascinante la conclusión del investigador. El autor, Frederique Autin dijo en el artículo WaPo:
“Nos centramos en la creencia de cultura general que equipara el éxito académico con un alto nivel de competencia y el fracaso con inferioridad intelectual. Al estar obsesionados con el éxito, los estudiantes tienen miedo a fallar, por lo que son reacios a adoptar medidas difíciles para dominar el nuevo material.”
¿Es cierto esto? ¿Tienen los estudiantes tanto miedo al fracaso que reprimen su potencial de aprendizaje? Y, si fuera así, ¿por qué? ¿Los profesores? ¿Nuestro sistema académico? ¿La metodología de pruebas?
¿O somos nosotros?
¿Somos como padres, responsables de que nuestros hijos se sientan limitados debido a sus expectativas de éxito?
Creo que en los Estados Unidos tenemos una epidemia de padres que aman y cuidan tanto a sus hijos, que harían cualquier cosa para evitarles el dolor o el sufrimiento. Los padres están usando activamente sus recursos y experiencia para proteger a los niños del fracaso. Consecuentemente, los niños están experimentando únicamente el éxito. Ellos lo esperan. Ellos lo necesitan.
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Una consecuencia de la expectativa de un niño por el éxito, es que el fracaso – incluso el solo pensamiento del fracaso – se convierte en algo abrumador. Los niños no desarrollan la capacidad de aprender de sus errores, de volver a ajustar sus esfuerzos, y volver a intentarlo. El estrés y la ansiedad que el fracaso les produce, les bloquea la posibilidad de un mayor crecimiento. Ellos simplemente no pueden manejar la situación. Y así, lo evitan a todo costo. Incluso si eso significa limitar su potencial máximo.
Nuestro reto, por supuesto, es que el permitir que nuestros hijos experimenten el dolor, el fracaso y el sufrimiento es algo muy DURO. Sobre todo cuando, nosotros como padres, a menudo sabemos exactamente qué hacer para evitar los sentimientos desagradables y no deseados del fallar. Además, el éxito de nuestros hijos es un reflejo de NUESTRO éxito. Por lo tanto, si nuestros hijos fallan… ¿Qué dice eso acerca de NOSOTROS?
Uf. No es tan simple, ¿verdad?
Así que, ¿sabes por qué realmente me gusta este trabajo? Creo que esta investigación nos da una lección tranquilizadora para todos nosotros, los padres, maestros y niños por igual.
Creo que este estudio nos da la libertad para que como padres les digamos a nuestros hijos, y nos digamos a nosotros mismos, que a veces las cosas van a ser muy difíciles. No vamos a ser capaces de hacer las cosas bien siempre. Vamos a fallar. Todos nosotros hemos fallado, y todos fallaremos de nuevo.
Y, ¿sabes qué? Está bien.
Como Darci Foster maravillosamente comentó en nuestra página de Facebook, “Yo quiero que mis hijos deseen [el énfasis es mío] tomen riesgos informados y que sepan que sí, que puede fallar, pero su padre y yo estamos ahí para apoyarlos y animarlos y que tendrán que esforzarse más cuando vuelvan a intentarlo. ”
Eso es lo que espero de mis hijos, también. Yo quiero que mis hijos fallen, por su propio éxito. Quiero que reúnan las herramientas necesarias para adaptarse, reajustarse, y que vuelva a intentarlo. Quiero que ellos traten de resolver un problema, incluso si no logran hacerlo bien. Aunque sé que a veces, esto les va a lastimar.
¿Qué piensa al respecto? ¿Es necesario el fracaso para lograr el éxito final? Y, como padres, ¿cómo podemos hacer para que nuestros hijos sepan que está bien fallar?
Autora: N. Burget
Etiquetas: crianza, maternidad
Categoría: Crianza, Desarrollo, Educacion, Maternidad, Niños/as, Pollito Inglés, Salud
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