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#Consejos que valen oro cuando tu #bebé está por #nacer

6 Dic · Malanie Fajre · No hay comentarios

 

 

 

Una vez que rompas fuente todo se resumirá en una sola cosa: dar a luz. Créenos, no tendrás cabeza para nada que no sea traer a tu bebé al mundo. Por eso, asegúrate de tener todo listo para cuando llegue el momento.
A continuación algunos tips que te pueden servir de mucho…
Es bueno tener un plan A, pero aun mejor es tener un plan B. Muchas anotamos en papel un muy organizado plan para el día del alumbramiento, pero muchas cosas pueden pasar en el interín (que tu médico no esté en la ciudad al momento de dar a luz, que haya una obstrucción en la vía hacia la clínica que tenías en mente, etc). Contempla varias posibilidades y se flexible. Lo que realmente importa es traer al mundo a un bebé sano.

Equipa a tu esposo. Dado que estarás ocupada en “otros menesteres”, dale al padre del bebito la cámara para que retrate y grabe los primeros momentos de tu pollito en este mundo, y de ustedes como nueva familia. Visto que es mejor prevenir que lamentar, mete en el maletín de la cámara el cargador, baterías, varias tarjetas de memoria para almacenar el mayor número de fotos, etc.

Foto cortesía de: Babyology.com.au
Los remedios. Aun y cuando algunas madres quisieran tener un parto exento de medicamentos, no cabe duda que estos están para ayudarnos. Sigue al pie de la letra las indicaciones del médico y toma los calmantes para el dolor a la hora fijada.
¡Levántate! Tan pronto como te sientas bien, procura levantarte de la cama y al menos hacer cortas caminatas dentro de la habitación después del parto. Esto ayudará a acelerar tu recuperación.
Aprovecha la ayuda mientras puedas. Cuando vemos por primera vez a nuestros pollitos nos enamoramos de tal manera que no queremos separarnos ni por un minuto de ellos. Sin embargo, aprovecha toda la ayuda que presten las enfermeras con su cuidado en las primeras horas de nacido, pues así podrás recuperar las energías. En la noche, manda a tu bebito a dormir en la enfermería… tranquila que ellas lo traeran tantas veces quieras.
Foto cortesía de: Stephsbitebybite.com
Se agradecida. Si es posible, lleva a la clínica un detalle para compartir con quienes te atenderán. Galletitas, frutas o algún snack es una excelente forma de expresar tu gratitude (¡no sabes la diferencia que puede hacer este simple gesto en el trato que recibiras!) Coloca un bowl con estos bocadillos en tu habitación, de manera que quien te visite se sirva, incluídos médicos y enfermeras.
“El” sobre. En la clínica recibirás formularios y papeles importantes relacionados al nacimiento de tu bebé. Lleva contigo un sobre donde guardar toda esa información. Aunque parezca un consejo trivial, te darás cuenta lo crucial que es.
“Santa caja”. Gran parte de quienes te visiten en el hospital te llevarán regalos, así que te sugerimos llevar una caja a la clínica para poder cargarlos con mayor facilidad a la hora de volver a casa.
Hazle un recorrido. Visto que estarás al menos un par de días en la clínica, es bueno que le muestres a tu esposo dónde guardas tus cosas en casa, en caso de que necesites que te lleve algo que no hayas empacado o que en los primeros días después del parto no te sientas muy dispuesta a salir de la cama. ¡Apóyate en él como tu gran aliado e involúcralo en toda esta hermosa experiencia! No lo dejes tan sólo como un expectador.
Prepara el carro. Asegúrate de ya tener instalada la silla del bebé en tu carro para cuando les toque ir a casa con el nuevo miembro de la familia.
Bolso. Empaca: papeles del seguro médico, cédula de identidad, kit para conservar las células madres del cordón umbilical (si así lo decides), teléfono y cargador, medias, Chapstick para los labios (el frío de la clínica podría resecarlos y partirlos), lentes (si los usas… ¡no querras estar como Mr. Magoo hasta volver a casa!), Ipod y algún libro para tus momentos de descanso, artículos de aseo personal, colitas para el cabello (las necesitarás), gel antiséptico para las manos (¡que nadie toque a tu chiquito sin tener las manos bien limpias!), franelas de botones que puedas abrirte sin problema para alimentar al bebé, pantalones y calzado cómodos (la moda quedará en segundo plano en esos días). ¡Ah, y por supuesto la ropita del bebé, incluyendo guantes y gorros para que no pase frío, y los pañales!
Atrapa la magia del momento. Ten en la habitación un libro en blanco que tus visitantes puedan firmar, así quedarán plasmadas las emociones del momento para siempre.
Finalmente, si ya tienes hijos, asegúrate de empacar sus cosas con tiempo y agenciar su cuidado mientras estés en el hospital. Cuando el bebé decida venir al mundo todo girará en torno a eso y nada más.
Fuente: http://www.getsnazzy.com

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Malanie Fajre

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