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Cómo seguirle el paso a la cocina y no morir en el intento

30 Ago · Malanie Fajre · No hay comentarios

Hoy quiero compartir con ustedes algunas de las cosas que me han funcionado para poder seguirle el paso a la alimentación de la familia mientras tengo una jornada completa de trabajo. Soy la mamá de Natalia y la esposa de Leonardo; realmente todo se resume en organización y astucia.

Las estrategias que voy a compartir han ido apareciendo en mi casa como producto de la necesidad de supervivencia y se ajustan a las características de mi familia y de mi tiempo disponible; sin embargo, para cada familia y para cada ama de casa deben existir algunas más apropiadas. Sería muy interesante que pudieras aportar cuáles son las que funcionan en tu caso.

El congelador es el mejor aliado: Congelar los alimentos preparados pero no cocidos ahorra muchísimo tiempo en el día a día. Cuando hagas la compra de la carne, puedes aprovechar de empanizar las milanesas de res o pollo y los filetes de pescado antes de congelarlos, separarlos con un plástico y guardarlos bien cerrados para que no se resequen. En el momento que desees cocinarlos sólo debes calentar el horno y colocarlos congelados en una bandeja untada con un poquito de aceite y listo, ¡comida lista en minutos! Las milanesas y el pescado se cuecen muy rápido, y adicionalmente le estás evitando a tu familia la fritura. También ahorras mucho tiempo porque puedes meter al horno varias milanesas juntas, en lugar de freír una por una, mientras vas preparando otros alimentos. Lo mismo puedes hacer con las croquetas; por ejemplo, prepáralas según la receta de tu preferencia y guárdalas en un envase bien tapado y separadas por plástico tal y como empaquetan los tequeños comercialmente. Al momento de cocinarlas procede igual que con las milanesas.

Las cosas difíciles, en grandes cantidades: Cuando cocines algo cuya preparación toma mucho tiempo, como asado, carne mechada o granos, hazlo en buenas cantidades, pues toma el mismo tiempo ablandar una taza de caraotas que un kilo de caraotas. Al final puedes congelar las porciones que consuma tu familia en cada comida. Claro, desmechar un kilo de carne es algo tedioso, pero lo es más hacerlo con un poquito cada vez que la vayas a preparar. Prepara un “aliño básico”: Hazlo de cebolla, pimentón, ají dulce y ajo y congélalo en porciones pequeñas, así lo tienes listo al momento de cocinar casi lo que sea. Una idea práctica es que puedes usar hieleras para los aliños; una vez que los hielitos de aliño estén bien congelados, sácalos y guárdalos en una bolsita hermética. ¡Ah! y no uses esa hielera para otra cosa que no sea para esto, pues el sabor de los aliños hará que tus hielos de agua sepan a comida. A partir de ese aliño básico puedes agregar otros ingredientes según lo que estés cocinando y así variar el sabor si lo deseas.

Elabora una lista: Antes de ir a comprar, haz un menú de lo que vas a cocinar y en base a eso elabora una lista de lo que te falte en casa para prepararlo; así te evitas el volver a casa de regreso y percatarte que te faltaron aún muchas cosas y que compraste otras que no habías pensado comprar. Algo que me parece que quita muchísimo tiempo a la hora de cocinar es empezar a revisar qué tienes en la nevera, sustituir ingredientes, salir de nuevo a comprar, o rehacer el menú.

Aprovecha la ayuda: Si tienes alguien que te ayude con las cosas de la casa, pues aprovéchala lo mejor posible. Encárgale que te ayude con las preparaciones que quitan más tiempo… ¡como desmechar la carne! Y si cocina rico, ¡pues, qué suerte!

Las frutas al natural: Algunas amigas me han contado que congelan los jugos o las frutas picadas para elaborar el jugo. El pediatra de Natalia me comentó que esto es perfectamente válido para las carnes y otros alimentos hasta por tres meses; sin embargo, para los juguitos siempre es mejor hacerlos con fruta fresca. Puedes licuarlos la noche antes y dejarlos en una jarra de vidrio en la nevera -algunas frutas se dañan rápido en el plástico- y en la mañana, cuando estés preparando la lonchera, echarlos en el termo en un minutico. Prefiere siempre los jugos naturales sin azúcar o con muy poca de ella, pues los jugos envasados tienen grandes cantidades de azúcar y almidón que lo único que le aportan a tu hijo es ¡gordura!

Como habrán visto, mis “trucos de cocina” están muy lejos de ser las técnicas de cocina de los cocineros profesionales, pero me funcionan. Anímate y cuéntame cuáles te funcionan a ti.

El menú que comparto hoy con ustedes es nuestro riquísimo pabellón criollo:

Calle: Caraotas negras. El rayado está hecho con granitos de arroz alineados.

Carrito 1: Arroz blanco con una gotita de colorante vegetal. El arroz asume mejor la forma del molde si lo usas recién hecho, colócalo con una cucharita dentro del cortador y compáctalo un poquito con la parte trasera de la cucharita. Luego retira el cortador con suavidad.

Carrito 2: Carne mechada. Algunas veces resulta difícil para los niñitos masticar este tipo de carne, así que una vez que esté lista puedes tomar la porción que tu hijo vaya a comer y cortar las hebras para que queden más cortitas. Haz el mismo procedimiento que con el carrito de arroz. Si dispones de tiempo, deja el cortador un ratito o hasta el día siguiente (si preparas el almuerzo en la noche, como en mi caso) para que la carne quede bien moldeada y no se deshaga al retirar el cortador.

Sol: Plátano frito. Coloca varias rueditas, una sobre otra, pues a los chiquitos una sola ruedita de plátano no les resulta suficiente.

¡Hasta el próximo lunes y que tengan todos una feliz semana!

Nadyra Muhammad
Psicopedagoga y la mamá de Natalia.
@mamadeNatalia

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